Ser gay en deporte: romper el silencio machista
Ser gay en deporte duro
Durante años, Marcos (nombre ficticio) vivió con una doble vida. Jugador de rugby profesional en un club de élite, ocultó su homosexualidad por temor al rechazo de compañeros, entrenadores y patrocinadores. "Te pones una máscara para intentar encajar", confiesa en una entrevista exclusiva, con la voz aún temblorosa al recordar esos años de angustia.
La presión de un entorno tradicional
El rugby es, como muchos otros deportes de contacto, un entorno tradicionalmente asociado a la fuerza, la rudeza y la masculinidad hegemónica. Marcos explica que desde las categorías juveniles aprendió que "ser diferente" no era bien visto. Las bromas homófobas en el vestuario eran habituales, los comentarios despectivos normalizados, y el silencio, obligatorio.
"En los entrenamientos debía endurecer mi actitud, ser agresivo en el campo, hacerme respetar. Nunca podía mostrar debilidad o sensibilidad, porque temía que eso levantara sospechas", relata. Durante años, vivió con la constante ansiedad de que alguien descubriera su orientación sexual y eso arruinara su carrera.
El coste psicológico
Las consecuencias no tardaron en aparecer. Marcos cayó en la depresión, sufrió insomnio y trastornos alimentarios. "Empecé a odiar mi propio cuerpo. Me veía como un impostor. En el vestuario tenía que reírme de chistes que me herían por dentro", dice con resignación.
A pesar del dolor, decidió resistir. La falta de referentes abiertamente homosexuales en su deporte lo empujaba a seguir fingiendo. "¿Cómo iba a ser yo el primero en salir del armario? Pensaba que sería marginado o despedido del equipo", comenta.
La liberación
El punto de inflexión llegó cuando conoció a otros deportistas LGTBI+ en redes sociales. "Fue liberador. Su valentía me dio fuerzas para salir del armario", asegura. Decidió contar su verdad a algunos compañeros de confianza y, para su sorpresa, encontró apoyo.
"Muchos me pidieron disculpas por sus bromas pasadas. Otros incluso admitieron no haberse dado cuenta del daño que causaban", cuenta. La dirección del club también le mostró respaldo, garantizándole que su puesto no peligraba por su orientación sexual.
Un mensaje para el deporte
Hoy, Marcos utiliza su historia para visibilizar la realidad de muchos deportistas homosexuales. "El deporte necesita cambiar. Los jóvenes no deberían sentir que deben esconder quiénes son para poder jugar", reclama.
Aunque reconoce que queda camino por recorrer, se muestra optimista. "Cada vez más clubes promueven campañas de inclusión y respeto. Eso da esperanza a quienes aún viven con miedo", afirma.
La importancia de los referentes
Para Marcos, la aparición de figuras abiertamente LGTBI+ en deportes como el fútbol, el baloncesto o el rugby es fundamental. "Si yo hubiese tenido un referente, quizá no habría sufrido tanto. Por eso ahora no me escondo", concluye.