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El Hombre Dragón era un denisovano, no nueva especie

19 June 2025

Hombre Dragón denisovano

Hombre Dragón denisovano

El «hombre dragón» revela su verdadera identidad: un denisovano

En un hallazgo que ha sorprendido a la comunidad científica mundial, nuevas investigaciones genéticas y morfológicas revelan que el enigmático cráneo conocido como el «hombre dragón», descubierto en China en 1933, no pertenece a una nueva especie humana como se creyó en un principio, sino a un denisovano, una especie humana extinta que coexistió con los neandertales y Homo sapiens.

Un cráneo que generó debate mundial

El cráneo, encontrado en Harbin, al noreste de China, fue catalogado inicialmente como una posible nueva especie humana llamada Homo longi («hombre dragón»). Su gran tamaño y sus características arcaicas y modernas desataron un intenso debate en la paleoantropología sobre su verdadera clasificación. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista científica Nature ha comparado el ADN extraído de restos fósiles denisovanos hallados en Siberia con el cráneo de Harbin, confirmando una coincidencia genética que deja pocas dudas: el «hombre dragón» era un denisovano.

¿Quiénes eran los denisovanos?

Los denisovanos son una misteriosa rama del árbol genealógico humano que vivió hace aproximadamente entre 500.000 y 30.000 años. Su existencia fue confirmada en 2010 gracias al ADN hallado en la cueva de Denísova, en Rusia, pero hasta ahora, no existía un cráneo completo que permitiera conocer su apariencia física. El cráneo de Harbin representa el primer fósil casi completo atribuido a esta especie, revelando detalles de su rostro ancho, mandíbula fuerte y arco superciliar pronunciado, características que encajan con lo poco que se sabía sobre los denisovanos.

Impacto en la evolución humana

El descubrimiento es de gran relevancia para entender cómo interactuaron las diferentes especies humanas antiguas. Se sabe que los denisovanos se cruzaron con los antepasados de los humanos modernos en Asia y Oceanía, dejando un rastro genético que hoy persiste en poblaciones de Papúa Nueva Guinea, Australia y partes del sudeste asiático. Este hallazgo confirma además que los denisovanos tuvieron una distribución geográfica mucho más amplia de lo que se pensaba, llegando al norte de China.

Un ejemplo de cómo la ciencia evoluciona

Los científicos destacan este caso como una muestra de cómo las técnicas modernas de análisis genético pueden corregir interpretaciones previas. Aunque el cráneo fue hallado hace casi un siglo, no fue hasta los últimos años que se aplicaron las herramientas necesarias para determinar su auténtico linaje evolutivo. A medida que surjan nuevos fósiles y mejoren las técnicas de ADN antiguo, es posible que aparezcan más sorpresas sobre la historia de nuestra especie y sus parientes cercanos.

¿Qué nos depara el futuro?

Los investigadores esperan que este descubrimiento motive nuevas excavaciones en Asia, especialmente en China, donde la presencia denisovana pudo haber sido más común de lo que se creía. Además, este hallazgo ayuda a entender mejor los movimientos migratorios de los primeros humanos y sus interacciones con otras especies humanas. Sin duda, el «hombre dragón» ha dejado de ser un misterio para convertirse en una pieza clave del complejo rompecabezas de la evolución humana.



Oliver D. Marchwood is the technology and cyber policy editor at The Telegraph, focusing on surveillance law, AI governance, and data protection in the UK. A former advisor at the UK��s Department for Digital, Culture, Media & Sport (DCMS), Marchwood is a thought leader in responsible tech and sits on the advisory board at TechUK.

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